El ajuste fiscal que se prevé en las finanzas públicas de un 3 por ciento puede generar una desaceleración o recesión en la economía mexicana, advirtió el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
En su documento Ciclo político y finanzas públicas: El próximo ajuste fiscal especificó que de 2018 a 2024 la tendencia del déficit ha ido en aumento, pasó de 2.1 del PIB a 5.9 por ciento.
El mayor déficit público coincide con un período de mayor crecimiento de la economía y un menor desempleo, se trata de un ciclo político que se encuadra en las características de un oportunista tradicional.
De acuerdo con los CGPE 2024, el ajuste fiscal del próximo año se presentará, escencialmente, en los rubros de Subsidios (-0.9 pp del PIB), Servicios personales (-0.3 pp), Gasto de capital (-1.1 pp) y costo financiero de la deuda (-0.6 pp), estos rubros de gasto en total suman 2.9 por ciento del PIB.
La consolidación fiscal prevista para 2025 se basa, esencialmente, en un menor gasto de inversión, subsidios y servicios personales, lo que contrasta con las propuestas vertidas por las tres candidaturas presidenciales, todas ellas plantean más inversión y gasto público.
Ante esta situación se manifiestan dudas sobre si el gobierno entrante, sea del partido que sea, llevará a cabo dicha consolidación.
Una reducción de casi 3.0 por ciento del PIB implica un ajuste aún mayor al observado en la crisis de 1995, por lo que podría incluso ocasionar una desaceleración o recesión en la economía.
Las alternativas son una reforma fiscal que fortalezca los ingresos públicos, una revisión al gasto y a los programas sociales y/o un mayor endeudamiento.
La evolución de estas variables debe ser responsable con la trayectoria del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) tal y como lo estable la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH).
De acuerdo con la SHCP, en 2025 se observará un ajuste fiscal por cerca de 3.0 por ciento del PIB, lo que se podría realizar, en parte, por la conclusión de los proyectos de infraestructura de la administración actual, así como por un menor costo financiero de la deuda por la reducción esperada en las tasas de interés.
Los proyectos planteados por las 3 candidaturas presidenciales, surgen dudas de que el ajuste fiscal planteado efectivamente se llevará a cabo, pues implicaría posiblemente que la próxima administración tendría un escaso margen para impulsar proyectos de infraestructura propios y que el comportamiento del gasto público sería recesivo.
De mantenerse la inercia de gasto y deuda impuestas por el gobierno saliente y sin el fortalecimiento de las fuentes de ingresos púbicos, la sostenibilidad de las finanzas públicas estaría en riesgo, concluyó el CIEP.
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